Salió de sorpresa. Soledad recibió el llamado de Alejandra el mismo dÃa en la mañana. Preguntaba si tenÃamos que hacer algo en la tarde, porque tenÃa entradas para el segundo recital de Ennio Morricone. Le dijimos que nos encantarÃa ir.
Durante la tarde me enteré que tendrÃa que usar chaqueta y corbata, y todavÃa hacÃa algo de calor. Pero accedÃ, todo sea por la buena música.
Cuando llegamos la fila tenÃa unas tres cuadras de largo y crecÃa más a cada minuto. Alejandra y Marcelo venÃan en auto desde Viña del Mar y finalmente nos alcanzaron en la entrada al recinto, cuando la fila ya habÃa avanzado mucho.
Los asientos de la galerÃa eran unos andamios, pero el espectáculo valió la pena. Nos supo transportar a lugares y tiempos lejanos. Llenó el ambiente de magia. El público supo agradecerlo y ovacionó de pie y por largos minutos a Morricone. Fue un gran espectáculo.